lunes, 16 de junio de 2014

Queralbs - Coma de vaca - Núria

Muy buenas, esta es mi primera salida en solitario por la montaña. No porqué no la haya pisado nunca sino por que jamás había ido de excursión realmente solo. Debo decir que hace aproximadamente unos quince años había formado parte de un centro excursionista o algo parecido, en el que íbamos a hacer travesías de dos semanas cada verano; cargados con mochilas de 20 Kg, con las tiendas de campaña, los fogones, y todo lo necesario y más para una caminata de tantos días.

En esa época, a mis 16 o 17 años estaba bastante más en forma que ahora y subía o bajaba las cuestas como las cabras, y claro, cuando hace una semana planeé esta pequeña excursión, no tuve en cuenta que mi estado físico ya no era el mismo. Así que el sábado, al cabo de una hora de ir subiendo con la mochila a cuestas, empecé a darme cuenta de que estaba bastante flojo. No hubo entreno previo, sólo estábamos la montaña y un pobre ingenuo con la boca desencajada y con más corazón que piernas. Aunque en ningún momento perdí la calma ni la ilusión, sí que rocé el límite. Me ayudó mucho el hermoso paisaje y saber que me esperaba el acogedor refugio de Coma de Vaca a mi llegada. Al final y después de mucho esfuerzo alcancé mi objetivo, y sobre el horario previsto: tres horas justas.

Vista maravillosa del camino revestido de ginesta

1a. etapa: Queralbs - Refugi Coma de Vaca

Aparqué el coche en la central eléctrica de Daió de Baix, que se encuentra a poco menos de 1 km antes de llegar a Queralbs viniendo de Ribes de Freser, y empecé mi andadura a las 14h tocadas.
El camino señalizado con rayas amarillas o rojas comienza justo después de atravesar el puente del río Freser que a partir de ahí nos queda a la derecha y desde el primer momento empieza a enderezarse sin dar tregua.
El sendero es un festival de colores amarillentos y verdes por la abundante genista y por el helecho y la hierba que forma pequeños prados, además del maravilloso río que lo va cruzando a tramos, como el "Salt del Grill", un pequeño rincón que nos encontramos en el primer trozo de la etapa.

Hacia a la mitad de la subida y justo antes de cruzar el puente que nos deja al otro lado del río, aparece delante nuestro uno de los lugares más bonitos del paraje. Un idílico rincón en donde podemos disfrutar de un refrescante baño, si es que nos apetece.
A partir de ahí el sendero empieza a empinarse un poco más, pero también es el momento de disfrutar plenamente del espléndido paisaje que nos ofrecen las escarpadas gargantas del Freser y de sus hermosas cascadas.

Espléndidas cascadas del río Freser
Finalmente llegamos a un mirador desde donde contemplamos una bucólica imagen del Plà de les Eugues. Podemos decir que hemos completado los 900m de desnivel que tiene la etapa de 7 km.
Para llegar al refugio tendremos que bajar un desnivel de unos 100 metros y a mano izquierda encontraremos un puente metálico donde poder cruzar el río con comodidad.

Mi intención inicial de sentirme "uno" con la montaña, dejando a un lado los momentos de agotamiento y sufrimiento, fue total, con una sensación mágica de plenitud, gratitud y paz interior. Aunque también es cierto que a partir de mi llegada al refugio ya no estuve tan solo. Estaba prácticamente lleno de excursionistas y con un ambiente muy sano y genial.

Los últimos rayos del día cayendo encima del refugio de Coma de Vaca

 

2a. etapa: Refugi Coma de Vaca - Núria

Al día siguiente mi propósito era llegar hasta Núria, y teniendo en cuenta el cansancio del día anterior, se me antojaba duro. Pero al contrario de lo que pensaba, mi estado de forma pareció remontar. Así que a las 8 de la mañana partía del acogedor refugio de Coma de Vaca hacia mi segundo objetivo. El día pintaba bastante feo, con viento frío y amenaza de lluvia, así que prudentemente aproveché que un centro excursionista de Barcelona hacía la misma etapa, para mantenerme cerca de ellos durante la jornada. Y así transcurrió gran parte de la excursión, dejándome llevar, a veces descolgado del grupo para tomar fotos y salir del camino para explorar cada detalle que me llamaba la atención, y en otras ocasiones adelantándome a ellos; siguiendo mi ritmo e inmortalizando a mis puntuales compañeros de viaje. 
El trayecto es una maravilla de la naturaleza, con increíbles vistas panorámicas que siguen los escarpados riscos del Torreneules. Las particulares figuras que crea la roca son auténticos monumentos naturales parecidos a bustos. Y los restos de nieve que forman las clapas, con sus formas únicas, hacen del camino un deleite de matices para el espectador.  
Vista desde el interior de una clapa de nieve
  

Después de una hora  y media de camino nos encontramos un pasamanos de cable metálico para facilitar el paso y un poco más allá un par de escalones para superar un resalte. Más tarde pasamos cerca de unas cabañas de piedra que parecen hechas a posta para protegerse de las inclemencias del tiempo en caso de emergencia. Y un rato más tarde dejamos a nuestra derecha la derruida cabaña de Pedrizas.



 
A partir de aquí queda poco menos de una hora de suave camino hasta llegar a Núria. Nos encontramos con praderas, territorio de pasto para vacas y caballos, algún que otro riachuelo y un puente de piedra que nos conduce hacia el último tramo de la etapa. Pronto alcanzamos el monumento de las tres cruces "Via Crucis", y ya al fondo nos queda el valle con el majestuoso santuario de la Mare de Déu de Núria. Ya sólo nos queda bajar la cuesta y disfrutar de la maravillosa vista de este idílico lugar.


El idílico valle de Núria con el santuario al fondo.


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